Como Presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla, doy la más cordial bienvenida a cuantos se acercan a esta página del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que tendrá como escenario a la capital hispalense del 4 al 8 de diciembre de 2024, en el marco de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.

A nadie escapa la importancia que posee la piedad popular en el momento actual por la ola de secularismo y materialismo que nos invade, frente a la que representa un verdadero dique de contención, como han señalado repetidamente nuestros pastores con indudable acierto. También el Concilio Vaticano II y el magisterio de distintos pontífices han destacado la importancia de la piedad popular en el seno de la Iglesia.

En muchos lugares del mundo de tradición católica, y de un modo singular en España y particularmente en Sevilla, la piedad popular se hace realidad en la existencia de hermandades que, durante siglos, han canalizado el sentir y la vivencia religiosa de miles de personas, mostrando su fuerza evangelizadora.

Las hermandades destacan por su carácter transversal, agrupando a personas de distinta edad, sexo, cultura o condición social, unidas por el común denominador de la Fe, transmitida generacionalmente, y la devoción hacia sus venerados titulares. De ahí su importancia como herramienta pastoral de la Iglesia que ayuda al desarrollo de una auténtica espiritualidad popular, vivida en comunidad.

Durante unos días, Sevilla se convertirá en centro de reflexión y estudio de la piedad popular, acogiendo este II Congreso Internacional al que invito a todos los cofrades, como una oportunidad única para intercambiar experiencias y acrecentar nuestra vivencia religiosa con fidelidad a nuestra peculiar idiosincrasia. Un Congreso que está llamado a poner de relieve y a situar la realidad de nuestras hermandades en el lugar que justamente ocupan en el seno de la Iglesia, como eficaz instrumento llamado a contribuir en la trascendente tarea de la edificación del Reino, “el Reino eterno y universal, el Reino de la verdad y de la vida, el Reino de la santidad y la gracia, el Reino de la justicia, el amor y la paz que Tú, Señor, nos alcanzaste con tu Pasión, Muerte y Resurrección”

Francisco Vélez de Luna

Presidente del Consejo

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